Todos los años, por estas fechas, acostumbro a hacer un cierre de año.
2015 ha sido uno de los más duros y complejos que recuerdo. Hacía años que no llegaba a estas fechas con un espíritu navideño como el de este. Un año que, por determinadas circunstancias, ha sido toda una revalida a mi "inteligencia emocional". Una práctica continua, interesante y enriquecedora pero agotadora.
Comparto con vosotros mi cierre de año.