La cultura organizacional forma una identidad propia reconocible que fácilmente puede predecir el éxito o el fracaso de una organización. Es una forma más de diferenciarse de la competencia, de retener y atraer el talento y, además, genera fidelidad y captación de aquellos clientes que se sienten identificados. Es el all-in-one más barato que te puedas imaginar. Es como el amor: aunque es gratis, requiere mimarlo y no descuidar ningún detalle. Solo necesitas destinar tu tiempo en cultivar, cada día, los valores que quieres transmitir y compartir con tu equipo.
Una buena cultura organizacional incide en los resultados, el clima y el compromiso de colaboradores y clientes.